1 Corintios 12:18Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el cuerpo según le agradó.
Escrito Por Dayse Villegas Zambrano
Hay un lugar agradable para usted en la iglesia. Sí, esta es una afirmación muy segura, no es un simple mensaje optimista. Dios creó para usted un sitio desde el cual hacerlo florecer con sus dones y talentos. Y Dios lo creó a usted para ocupar ese sitio. Y lo mismo es verdad para todos los miembros del cuerpo de Cristo.
Pero como somos humanos y tendemos a quejarnos y protestar por todo y no apreciar el valor de lo que tenemos, al menos no desde el principio, le diré lo siguiente: es un lugar agradable para usted según los parámetros de Dios. A él le gustó el sitio que eligió para usted. Y a él le gustó usted para ese puesto. Tal vez lo único que falta es que a usted le guste lo que a Dios le gusta.
Pero si usted persevera en su búsqueda de la llenura del Espíritu, estoy segura de que pronto descubrirá lo sumamente agradable que es aquello que Dios preparó para usted.
Es mi experiencia personal y creo que la de muchos otros cristianos haber empezado a servir en un lugar en el que creíamos que no teníamos talento ni afinidad. Pero nos quedamos porque estábamos en una búsqueda, queríamos más de Dios. Y al perseverar descubrimos un profundo amor por lo que hacíamos, una enorme satisfacción aunque los resultados fueran modestos, aunque no hubieran agradecimientos ni recompensas. Empezamos a sentirnos como peces en el agua.
Y con el tiempo, Dios nos ha afirmado en aquello para lo cual nos creó, y ha ampliado nuestra visión y también nuestra satisfacción, porque solo cuando él está agradado conmigo yo puedo estar agradada con quien soy en él.
¿Está mal buscar buenas experiencias en la iglesia? No, al contrario, el mutuo agrado entre Dios y usted es una de las bendiciones de la vida en Cristo. Pero usted no podrá disfrutar de esas buenas experiencias hasta que acepte el lugar que Dios le ha dado en el cuerpo de Cristo, la iglesia. Ore, le animo, y pida a Dios que le muestre cuál es su sitio, dé un paso de fe y empiece a servir allí donde vea la necesidad. La recompensa es inmediata y es eterna.