1 Corintios 12:27-28 Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él. Y en la iglesia, Dios ha designado primeramente, apóstoles; en segundo lugar, profetas; en tercer lugar, maestros; luego, milagros; después, dones de sanidad, ayudas, administraciones, diversas clases de lenguas.
Escrito Por Dayse Villegas Zambrano
En una reciente capacitación de seguridad y primeros auxilios, aprendimos que si en algún momento un puesto esencial queda vacío, y llega una emergencia, los demás no podemos pensar: ‘Eso es asunto suyo. A él le tocaba traer el extintor, a ella le tocaba llamar a los bomberos, esa no era mi responsabilidad’. Si todos pensáramos así, pronto tendríamos un gran incendio. En realidad, es asunto nuestro, y alguien tiene que asumir la tarea del que no está, y muy probablemente esa persona deba ser yo, que veo lo que está pasando.
Si usted no está en su puesto asignado en la iglesia, ¿qué sucede? Pues que Dios no se quedará corto. Él usará a alguien más, alguien que esté dispuesto, aunque en el plan original usted era la persona asignada, la persona ideal. Dios atenderá las necesidades de su iglesia con los que estén presentes.
Y luego Dios tratará con usted. Porque en la iglesia, como escribe el apóstol Pablo, hay un orden. En ese orden, usted tiene un lugar y una relevancia. Y si usted no se hace presente, Dios no se quedará detenido, pero tampoco será indiferente.
Ser parte activa de la iglesia no es solamente una cuestión de dones y talentos. Es por sobre todo una cuestión de actitud, de la disposición del corazón (1 Samuel 16:7), de orden. Dios no se deja impresionar por nuestros talentos, no lo toman por sorpresa, porque él nos los dio. Dios se agrada del corazón que oye su voz y le sigue (1 Samuel 15:22).
Note que Dios ni siquiera se deja ablandar por las ofrendas más extraordinarias, si no son producto de un corazón obediente. Usted tal vez crea que puede remediar su ausencia de la iglesia con una visita ocasional y con una generosa ofrenda. ¿Pero qué hace eso por su corazón, por su vida, por su crecimiento espiritual que es algo que debe ocurrir todos los días? Su lugar está allí. Dios lo creó para usted. Eso no ha cambiado.