1 Corintios 15:43 “Nuestros cuerpos son enterrados en deshonra, pero serán resucitados en gloria. Son enterrados en debilidad, pero serán resucitados en fuerza”.
Escrito Por: Dayse Villegas Zambrano
¿Ha oído hablar de los cuerpos celestes? Así les llamamos a los astros. Los cuerpos del cielo. Pero en el nuevo pacto, Dios nos ve a nosotros como los verdaderos cuerpos celestiales.
Existiendo tantos seres espirituales y poderosos, Dios hizo al hombre del polvo de la tierra y lo llamó hijo, lo amó al punto de darse a sí mismo en rescate por él. No es de extrañar que los enemigos del ser humano sean espirituales. La potestad de ser hechos hijos de Dios, nacidos no de la carne, sino del espíritu es algo que va más allá de la experiencia de cualquier otro ser creado.
Cristo ha derrotado uno a uno a nuestros enemigos. Y el último que será destruido es la muerte (1 Corintios 15:26). La muerte fue despojada de su potestad y avergonzada cuando el Hijo de Dios resucitó, y será completamente burlada con cada hijo de Dios que resucite en el día señalado. “¡Aquí estoy!”, diremos, al ser transformados en un abrir y cerrar de ojos, y cantaremos: “La muerte ha sido devorada en victoria” (1 Corintios 15:55).