Estamos Ubicados en:
Ximena 421 y Padre Solano,
info@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216
Berajot
berajot@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216

1 Juan 1: 9 “Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”.

Por: Marianella Layana de Jácome

Cuando era niña, recuerdo que hice una travesura muy grande, tuve mucho miedo de confesar lo que había hecho por temor al regaño, pero me armé de valor y decidí contarle a mi mamá lo ocurrido, ella rápidamente tomó cartas en el asunto y pudo enmendar lo que yo había hecho, y me dijo: Hija, en buena hora me avisaste rápido, si no me contabas lo sucedido, no hubiera podido ayudarte. Luego de contarle a mi mamá, sentí un gran alivio, toda mi carga y preocupación se desvaneció.

Muchas veces consideramos que es mejor callar nuestros pecados, o escondernos, o peor aún decidimos alejarnos de Dios. Pero, la Palabra de Dios, nos invita a confesar nuestros pecados para alcanzar el perdón y ser limpios de toda maldad.

No podemos engañarnos a nosotros mismos, peor engañar a nuestro Padre Celestial, no podemos negar nuestra condición de pecadores, si negamos nuestra condición de pecadores, o intentamos justificar nuestras faltas, estaríamos llamando a Dios mentiroso y solamente nos alejaremos de Él.

Pero tenemos un Padre que es fiel y justo, si nos presentamos ante Él con corazones arrepentidos, humillados nos perdonará. Dejemos de huir, no ocultemos nuestros pecados, recordemos que el que oculta el pecado no prosperará, simplemente acerquémonos con toda confianza y humildad ante nuestro Padre, confesemos nuestras faltas.  No tratemos de justificarnos ni busquemos ocultar nuestros pecados, presentémonos ante Él y confesemos nuestras faltas (1 Juan 1:9).

No permitamos que la vergüenza y el pecado nos alejen del propósito que el Señor tiene para sus Hijos, liberémonos de toda atadura de pecado.

Usamos cookies para una mejor experiencia de usuario.