1 Juan 4:16  Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.

Por: Daniel Mora Jiménez.

Si observamos con detenimiento el mensaje del evangelio y las enseñanzas del Apóstol Pablo, podemos concluir que uno de los temas centrales que se desarrollan es nuestra unión con Cristo, de manera que nuestra salvación no consiste en algo que Dios nos da por causa de Cristo, sino en el hecho de tener a Cristo mismo por medio de la fe, tal como Pablo lo señala en 1 Corintios 1:30-31, “Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención, para que, tal como está escrito: EL QUE SE GLORÍA, QUE SE GLORÍE EN EL SEÑOR”.

Este concepto acerca de nuestra unión con Cristo, de este lado de la eternidad, es algo que no lo lograremos entender en su totalidad, sin embargo en esta ocasión, el Apóstol Juan nos da una luz sobre la forma en la que se da esta unión, y es en el Amor. Una de las palabras que denotan la idea de nuestra unión, es la palabra permanecer, en esta idea podemos observar las palabras de nuestro Señor Jesús quien nos dijo: “Juan 15:4  Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí”. 

El amor es el medio por el cual podemos superar todo obstáculo que nos traiga esta vida, el libro de cantares nos trae un ejemplo muy contundente sobre el amor al mencionar que “ni las muchas aguas pueden apagar el fuego del amor y aunque se de todo por los bienes por aquel amor, solo recibiría menosprecio”. De la misma forma es nuestro amor para con Dios, en unión con Él, permaneciendo en Él, nada ni nadie nos podrá separar de su amor, pues de su mano jamás seremos arrancados.