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1 Juan 4:9 “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él”. 

Por: David Agustín Pérez Vera

En estos días todo el mundo habla de amor, por ejemplo, amor al conocimiento, amor a las cosas materiales, amor a los animales, etc. Pero está claro, que este tipo de amor no tiene nada que ver con el verdadero y único amor, que sólo Dios puede dar y demostrar. El amor de Dios se demuestra a través de Jesucristo. 

Cuando miramos al Señor Jesús, vemos dos aspectos muy relevantes acerca del amor de Dios: Un amor que no se reserva nada, manifestado en dar a su único Hijo por la humanidad, a través de un sacrificio que es definitivamente imposible superar. Por otra parte, el amor de Dios, es un amor totalmente inmerecido. Esto nos quiere decir, que no sería tan extraordinario si nosotros le amáramos a Él por todas las cosas que Él nos ha dado; lo maravilloso es que Él ame a la humanidad, a pesar de que no todos sean agradecidos y obedientes a Él. 

Que gozo que en una época como esta, tengamos la oportunidad de poder hablar del verdadero y único amor, que se resume en una sola palabra ¡Jesús!, la fuente inagotable del amor verdadero e incondicional.  Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para darnos vida. La vida, en toda la extensión de la palabra, viene por Él solamente. ¡Recibe el amor de Dios! Tu vida será transformada en ciento ochenta grados y nunca será igual, Shalom.

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