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1 Pedro 1:15-16 “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.

Escrito Por: Ps. David Pérez Vera

Amados hermanos y amigos, nuestro Padre Celestial hoy nos anima a mirar el más grande desafío dado a sus hijos, considerando que Él es nuestro modelo. El llamado de Dios es un motivo frecuentemente invocado. Que el tiempo que se consume en la eternidad, matiza que las nuevas generaciones vean con claridad, que las huellas de la enseñanza indiquen que todo hijo tiene semejanza con su padre. 

Es importante considerar, que el llamado que nos hace nuestro Padre Celestial, es que alcancemos a impactar con nuestra manera de vivir a la sociedad, esto se relaciona, con el comportamiento, es decir, con el curso de la vida, alcanzando profundizar la naturaleza interna de uno. Tu y yo como cristianos somos santos para Dios por consagración; y esto nos lleva a serlo también en el andar y el comportamiento exterior, siendo lo que el Eterno pide a través de las Escrituras que, es la fuente de toda autoridad como norma de conducta y fe, a la cual, como hijos de Dios debemos observar. 

Por lo que, todos como hijos del Eterno tenemos que ver en Él, el llamado de santidad que debemos de evidenciar, lamentablemente somos demasiados propensos a tener obediencia a los hombres más que al mismo Eterno y Soberano Dios. Considerando que las Santas Escrituras, nos mencionan que Dios es la fuente de la santidad, siendo santo en Su Esencia, se nos llama a ser celosos de participar de la santidad, para que seamos cada día más y más como nuestro Señor. Amados consiervos, recordemos que seremos santos sólo en cuanto seamos santificados por Dios por medio de nuestro Redentor y Salvador Jesucristo. Sabiendo que el Eterno, al dar el mandato en Su Palabra, está dispuesto a dar también el poder para obedecer, por medio del Espíritu santificador. Vivamos de manera digna de nuestro Padre Celestial, Santo, Santo, Santo, el que vive y reina por la Eternidad. Shalom, Cristo viene pronto.

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