1 Pedro 1:15. Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir.
Escrito Por:Dilvany Gámez de Moreno
Llevar una vida piadosa y santa suele escucharse como algo imposible si lo vemos desde una perspectiva netamente humana y sin fe, ya que parece que estuviera destinada a las personas con ciertos cargos de autoridad dentro de la iglesia y más allá de eso, concebir la santidad como una carga pesada y difícil de llevar, lo convierte en un tema bastante tedioso.
Ahora bien, ante estas diferentes perspectivas sobre la santidad, se debe considerar, nuestra identidad en Cristo, lo que soy ahora, en otras palabras, soy perdonado, amado, justificado, santificado. Dios nos escogió y nos apartó para su uso exclusivo, esto significa que soy santo, por el sacrificio que mi Salvador hizo en la cruz.
Cabe considerar, que ante las pruebas, decisiones a asumir y la lucha interna con uno mismo, debemos procurar aprender a discernir que no todo lo que pasa al frente de mí, proviene del Padre, sino que pueden ser el resultado de mis malas decisiones; por tanto he de centrarme que aún en los pequeños detalles hemos de decidir honrar a Dios, viviendo apartados de las cosas que se ven buenas pero no lo honran, he aquí, se aplica el texto de hoy, como fiel discípulo de vivir en santidad en todo lo que hago.
¡Pidámosle a Dios que nos ayude a vivir apartados del pecado y a considerar nuestros caminos como peregrinos en esta tierra!. No tenemos opción amado lector, la santidad es un mandato, recuerde es imposible caminar en temor a Dios sin santidad.