1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Por: Nelly Jácome de Pérez
¿Qué significa la palabra “santo” en la biblia? Las palabras en el AT y el NT que se traducen como “santo” en el castellano significan “consagrado o apartado para Dios”. Quiere decir que algo tiene un solo uso, y que es para el Señor. Por tanto, somos llamados a ser santos, porque ahora que conocemos a Cristo tenemos un uso especial, y es para el Señor, no para el mundo. Recibimos el perdón por nuestros pecados mediante la gracia recibida por la fe en Cristo, pero eso no es el fin de nuestra salvación. Mientras estemos aquí en la carne, hay que vivir en santidad.
La iglesia, o cuerpo de Cristo, es un grupo de personas que son santas, lo que significa «apartado» para los propósitos de Dios. Nuestra vida nunca carece de sentido, porque vivir para el Señor es el propósito más grande que uno puede tener, alabado sea nuestro Dios.
Somos apartados para nuestro buen Dios, así que no debemos actuar como el mundo, sino ser imitadores de Jesús. Esto no significa que no estamos interactuando con el mundo. A menudo, los cristianos tienen la idea de que necesitamos mantenernos alejados del mundo debido a su pecaminosidad. Pero estamos llamados a acceder al mundo, mientras mantenemos nuestra santidad. Interactuamos con el mundo y le mostramos el camino a Dios enseñando Sus verdades.
Como somos la posesión especial de Dios, debemos proclamar la bondad de ser el pueblo de Dios. Al ser diferentes y separados, debemos decirle a la gente que es una bendición vivir de esta manera sabiendo: “que han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios. Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con Él en gloria” (Colosenses 3:1-4), ¡Amén!