1 Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.

Por: Walter Encalada Pazmiño 

En la búsqueda de la unidad en la iglesia, nos enfrentamos a muchos desafíos, pero también a errores, que es necesario corregirlos a tiempo, para mantener la unidad del cuerpo de Cristo, podemos decir que hay algunas diferencias muy comunes en nuestras congregaciones, una de ellas es la interpretación bíblica, que incluso ha llevado a acciones lamentables, como son las divisiones dentro de las congregaciones, causando desorientación pleitos y expulsiones dentro del pueblo de Dios.  

Este tipo de acciones son obstáculos para la unidad del cuerpo de Cristo, en este contexto es importante instruir al pueblo con la Palabra de Dios, exponiendo temas bíblicos de acuerdo con la sana doctrina y dar cumplimiento a lo que dice nuestro Dios en su Palabra: 2 Timoteo 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.   

Unas de las otras causas que afectan a la unidad de la Iglesia son los conflictos personales, como miembros de la iglesia hay que estar atentos a esas relaciones tensas y mediar si es posible para evitar un problema mas grave, en forma general se debe evitar malos entendidos, las ofensas no resueltas y los conflictos personales, debilitan la comunión del pueblo de Dios y se pierde la unidad del espíritu entre los hermanos, procuremos evitar este tipo de problemas, porque el enemigo anda buscando como león rugiente a quien devorar (1 Pedro 5:8).