1 Tesalonicenses 3:12 “Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros”.
Escrito Por: Ps. David Pérez Vera
El deseo del Señor es que crezcamos y abundemos en amor unos para con otros y para con todos. El amor es uno de los valores más importantes dentro de la vida cristiana y debe ser practicado para que se fortalezca y se convierta en un estilo de vida.
Al igual que los demás apóstoles del Señor Jesucristo, el apóstol Pablo sabe que el Eterno es la fuente del amor, por tanto, el apóstol no se limita a expresarles a que solo sean más amorosos, sino que presenta en oración sus peticiones a Dios, porque sabe que lo que pide es algo que sólo el Eterno ciertamente puede hacer y es algo que Él ha manifestado que desea. Después de todo, es nuestro Padre Celestial quien nos ha dado el ejemplo de amor y quien nos da la capacidad para seguir ese ejemplo. 1 Juan 3:16 “En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”. 1 Juan 4: 7b-8 “Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”.
Se tiene que concientizar en el contexto de esta porción bíblica, que el crecimiento espiritual no se evidencia en el crecimiento numérico de la iglesia (local), sino en el amor. Un hijo de Dios que crece en conocimiento, pero no en amor, su crecimiento no es verdadero. Crecer espiritualmente implica amar tal cual el Eterno nos amó primero. Preguntémonos en este día ¿Cómo podemos crecer en amor?.
El amor es un valor que debemos labrar día a día. Una manera de hacerlo es a través de la lectura de las Sagradas Escrituras y la oración, en donde podremos encontrar enseñanzas y claros ejemplos que nos instruyen a amar más y mejor. Además, es importante poner en práctica en nuestro diario vivir actitudes como la paciencia, la tolerancia y la comprensión, que redundará en el despliegue del amor de Dios en nuestras relaciones con los demás.
En tal sentido, no solo se trata de crecer en amor, sino también de tener un amor abundante. Lo que significa que debemos compartir nuestro amor con todos aquellos que nos rodean, independientemente de quienes sean, es decir mirando con el amor y la compasión que Jesucristo tuvo hacia los demás. En la Palabra de Dios se nos llama a amar incluso a nuestros enemigos, lo cual puede resultar un gran desafío, pero si logramos hacerlo, estaremos demostrando el amor verdadero, puro y sacrificial, que solo viene de Jesucristo. Recuerde podemos amar desde las acciones más simples hasta las más complejas. Está perfeccionándose el amor de Dios en su vida?, Shalom.