1 Tesalonicenses 3:13 “Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos”.

Por: Nelly Jácome de Pérez 

Todos estamos llamados a ser santos para el Señor. Hemos sido consagrados y santificados como posesión especial de Dios, por el sacrificio realizado en la cruz del calvario por Jesucristo, su Hijo. 

No estamos en la tierra para satisfacer nuestros propios placeres y deseos. Estamos aquí como posesión especial de Dios. ¡Estamos donde él mora!. El Dios que creó los cielos y la tierra. El Dios que nos creó, mora en ti y en mí, si hemos puesto la fe en Cristo y nos arrepentimos de nuestros pecados. Fuimos comprados a precio de sangre, actuemos entonces como tal. 

Hoy en día, muchas personas no viven irreprochablemente. Toman el nombre de Cristo y lo difaman viviendo vidas que, ante el mundo, no demuestran que Dios los ha apartado como sus santos. Muchas personas se sientan en la iglesia el domingo, pero el resto de la semana olvidan que son sus hijos. 

Debemos comprender el alto llamado de ser creyente en Cristo y seguidor suyo. Estamos llamados a vivir vidas santas y justas. Debemos vivir con rectitud, mediante el poder de Aquel que mora en nosotros. Es por su poder que podemos vivir una vida plena. Persistamos firmes en la fe mediante el poder de Cristo. Él nos guiará día tras día y nunca nos abandonará. Sigamos compartiendo las buenas nuevas del Evangelio con quienes nos rodean e intercedamos por nuestros hermanos en todo el mundo e incluso por los no creyentes. Oremos para que Dios atraiga a más personas a sí mismo y para que más personas respondan a su amor y misericordia, Amén.