1 Tesalonicenses 5:18 “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”.
Por: David Agustín Pérez Vera
Los tiempos presentes están marcados por muchas actitudes negativas, entra ellas la ingratitud, que va en contra de lo que el Eterno pide a sus hijos en Cristo Jesús. El apóstol Pablo dice en la carta dirigida a sus hermanos en Tesalónica, cómo debe ser la actitud del cristiano hasta que Jesucristo venga por Su Iglesia.
En tal sentido, esta actitud señalada por el apóstol, es dar gracias en todas las circunstancias, no de vez en cuando, sino todo el tiempo. Y dice aquí, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. Si nos preguntáramos ahora mismo cual es la voluntad perfecta de Dios para nosotros, de seguro que recibiríamos como repuesta tres cosas, que con toda seguridad son la voluntad de Dios para nosotros: “Que siempre estemos alegres, orando sin cesar, y dando gracias al Eterno en todo. Amados esta es la Voluntad Perfecta de Dios para nosotros. La ingratitud es un sentimiento contrario a Dios y éste afecta la relación que pudiéramos tener con Él.
Por ejemplo, cuando una persona se esfuerza en darle gusto a otra, y la otra lo toma livianamente o con poca importancia, la relación se enfría. En cambio, la gratitud, acerca a las personas. Nuestro Señor Jesucristo se esforzó al morir en la cruz para cubrir todos nuestros pecados y así podamos tener una relación con el Padre. ¿Cuál es nuestra actitud delante de Dios Padre por esta maravillosa bendición? Una actitud de agradecimiento o ingratitud.
La muestra de valorar al Eterno nos lleva a una relación de amistad, cómo hizo con Abraham, nos volvemos más generosos y abrimos nuestros corazones. A todo el mundo le gusta ser afirmado y apreciado. La gratitud, es una de las condiciones que mejor adornan a un hijo de Dios. Una manera de ejemplificar nuestra actitud de agradecimiento a Dios por todo lo que Él ha hecho por nosotros, se visibiliza a través de una vida de oración, lectura sistemática de la Biblia, y sobre todo poniendo por obra lo que aprendemos del manual de vida por excelencia, Su Palabra. Esto se matiza con una simple acción, al congregarnos de manera regular, tanto así que, las mismas escrituras lo manifiestan en Hebreos 10:25 “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Hoy es un buen día para decirle al Eterno, me acerco a ti, no por mis necesidades sino por simplemente adorarte por Quien eres Tú y para alabarte por todas las cosas que Tú has hecho por mí, por mi familia, por mis hermanos, por toda la Iglesia de Cristo y el mundo entero, Shalom.