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1 Timoteo 5:4 “Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios”. 

Por: Nelly Jácome de Pérez

La palabra “viuda” describe a una mujer cuyo esposo ha muerto. La palabra griega “chéra” (viuda), es un adjetivo empleado como sustantivo y significa “despojado”, ”que ha sufrido pérdida” o “dejado solo”.   Los esposos y los padres juegan un papel fundamental en la familia. Cuando el hombre no está, la esposa y el hijo pueden sufrir de muchas maneras. La Biblia nos muestra la actitud de Dios hacia los huérfanos y las viudas: Se preocupa mucho por ellos (Salmos 82:3).

Dios mismo interviene para proteger y cuidar a los huérfanos y a las viudas. “Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada” (Salmo 68:5). En este mundo, los más indefensos están expuestos a que se aprovechen de ellos los que creen que pueden salirse con la suya. Sin embargo, nada se le escapa a Dios, El juzgará esta causa. 

El cuidado de las viudas es tan importante que Dios lo usa como una medida de verdadera espiritualidad. Santiago 1:27 dice: “La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones”. Y en 1 Timoteo 5:3-16, el Señor da pautas específicas para el cuidado de las viudas, explicando claramente como una familia y la iglesia pueden ofrecer compasión y protección piadosas. Dios promete bendiciones a los que cuidan de ellos.El cuidado de los huérfanos y las viudas no debe considerarse simplemente como un mandato de Dios que debemos cumplir “o de lo contrario tendremos que asumir las consecuencias”. Servir y defender a los huérfanos y a las viudas es una gran bendición. A la hora de pensar en cuál debería ser nuestra actitud hacia los huérfanos y las viudas de nuestro entorno, resulta conveniente acordarnos de que todos hemos sido adoptados por Jesucristo en la familia de Dios (Efesios 1:3-7) y comprometidos con Cristo (Efesios 5:32; Apocalipsis 19:7). Es para nosotros un gozo y un privilegio trabajar con Dios en el amor, el servicio y la protección de los huérfanos y las viudas entre nosotros, amén.

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