1ra de Corintios 12:11 “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”.
Escrito por: Dayami González López
Cuando Dios comienza a poner en nuestros corazones el sentir de dejarnos usar para la edificación de su reino, hay varias verdades que debemos tener en cuenta:
Si hemos sido escogidos y llamados por Dios, es una realidad que Él mismo nos ha sellado con su Espíritu Santo. La Biblia nos dice en 1ra de Corintios 12:7 que a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Aunque La Palabra no especifica el momento en que los dones son asignados, entendemos que juntamente con el Espíritu Santo nos han sido dados los dones. Eso significa que todos, no importa de qué edad nos convertimos, o que títulos tenemos, todos tenemos un don de Dios con el cual podemos colaborar en el crecimiento del reino
Él mismo Dios que nos creó y nos conoce mejor que nadie, fue quien nos repartió estos talentos y dones. 1ra de Corintios 12: 11 b) dice: “repartiendo a cada uno en particular como Él quiere”. Esto nos hace entender que la forma en que nosotros podemos bendecir a otros con nuestros talentos nos lo dio Dios sólo a nosotros. De tal manera que no debemos tener a menos los talentos que nos han sido dados.
1ra de Pedro 4:10 nos recuerda que el don que hemos recibido, debemos ministrarlo a otro. El don es una bendición; una herramienta para bendecir al cuerpo de Cristo.
No debemos vanagloriarnos, porque el don fue dado por Dios. La misma carta de 1ra. de Corintios nos recuerda que nada tenemos que no hayamos recibido.
Por último, debemos recordar que Dios mismo nos pedirá cuentas por los dones que ha puesto en nuestras manos, como nos lo recuerda en las parábolas de los dones y talentos.
Debemos entender, que donde quiera que Dios nos ha puesto, podemos ser de gran bendición para el cuerpo de Cristo. Si aún no hemos conocido qué dones nos ha dado el padre, pidámosle con fe que nos ayude a conocerlo y administrarlo sabiamente.