Estamos Ubicados en:
Ximena 421 y Padre Solano,
info@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216
Berajot
berajot@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216

2 Corintios 12:14-15  “pues no deben atesorar los hijos para los padres, sino los padres para los hijos”. Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos”. 

Por: Nelly Jácome de Pérez

El pasaje de hoy trata acerca del Apóstol Pablo, quien había experimentado su entrega con un amor generoso, como padre, hacia los corintios como sus hijos, en razón de que los había guiado a Jesucristo. 

Es responsabilidad de los padres proveer en todos los aspectos para sus hijos, la herencia que Dios les dio. Muchos padres con amoroso cuidado planifican y presupuestan todo lo que necesitarán en relación a la educación, salud y bienestar de sus hijos. Esto es muy importante y necesario, no obstante, pueden estar descuidando lo más importante, la salvación de sus almas. Instruirlos en el temor de Dios, lamentablemente a algunos padres, no le dan importancia a su vida espiritual, cero comunión con Dios, cero participar en unidad con el Cuerpo de Cristo, cero oración, cero escudriñar la Palabra de Dios. Están atesorando para una vida terrenal, pero lejos de atesorar para lo celestial. 

Pablo nos da ejemplo de cómo debe ser un padre espiritual con sus hijos, dice: “Con el mayor placer gastaré lo mío, aún yo mismo me gastaré, aunque amándoos más, sea amado menos”.  Es decir, estos corintios no correspondían a su amor. La reacción normal de los hijos al amor de sus padres es amarles. Pero que amor de padre nos enseña Pablo dice: “Yo voy a gastar todo lo mío en vosotros”, este es la clase de amor que no se puede calificar. Pablo como padre espiritual estaba centrado a llevarlos a Cristo, aun a costa de su desamor.

Una de las grandes señales de los verdaderos siervos de Dios es que se entregan a sí mismos sin reserva a aquellos a los que están sirviendo, sin pedirles nada a cambio. Necesitamos urgentemente padres piadosos, preocupados por cimentar la fe en Dios, en la vida de sus hijos, atesorando para la ciudadanía celestial. 

El amor de Dios en Cristo por nosotros es inmensurable. ¿Estamos decidiendo nosotros ser afirmaciones vivas de esa calidad del amor?. Estamos siendo fieles en sembrar en los corazones de nuestros hijos, el amor de Dios con nuestro ejemplo piadoso?, Estamos siendo constantes en orar, aunque nuestros hijos ya sean jóvenes y no quieran saber de Dios? Estamos doblando rodillas e intercediendo por sus almas ante el Padre Celestial?. Pidamos a nuestro Adonay nos ayude con sabiduría, guía y poder del Espíritu Santo para hacer afirmativas todas estas interrogantes, ¡Atesoremos para nuestros hijos!, amén.

Usamos cookies para una mejor experiencia de usuario.