2 Corintios 4:2 “Antes bien renunciamos a lo oculto y vergonzoso, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios”.
Escrito Por: Ps. David Pérez Vera
Amados hermanos y amigos, buenas noticias para un día como hoy, por cuanto a través de la Palabra del Eterno se nos recuerda en el contexto bíblico lo que ahora somos. Por ello, el apóstol Pablo pronuncia que somos salvos por la gracia de Dios, por medio de la fe en Cristo Jesús. Más, sin embargo, siendo menester resaltar que, después de haber sido salvos, el evangelio de Cristo debe vivir en nosotros, es decir, reflejarse en nuestra vida diaria, por medio de lo que hacemos cotidianamente dentro y fuera de la iglesia.
En tal sentido, la Palabra nos hace ver, que esta carta dirigida a la iglesia en Corinto, en otras palabras, es claro, que aquellos que recibían estas premisas, habían renunciado a las cosas vergonzosas que se hacían a escondidas. Es por sentado, que el confiar en Cristo es más que un asentimiento intelectual al hecho de que Cristo murió en la cruz. Esto significa depositar nuestra confianza en Él y experimentar Su regeneración. Una vez que Cristo nos ha salvado, debemos ser un ejemplo viviente del Evangelio.
Que importante sostener en el marco de lo mencionado, que la persona que proclama el Evangelio debe ser alguien que refleja la santidad de Dios. Por ello enfatizó el apóstol que ellos habían renunciado a lo oculto y vergonzoso, no actuaban con astucia ni falseaban el mensaje de Dios. Una persona puede predicar el evangelio y decir cosas que son absolutamente ciertas y verdaderas; pero al mismo tiempo su vida puede estar comunicando otro mensaje que es completamente diferente.
En la aplicación directa a nuestras vidas, esta exhortación, nos insta a que, no debemos vivir como fingidores, aparentando lo que en realidad no somos. Así como, nuestra conducta no conviniera estar en negación con lo que estamos predicando, porque, esa conducta debiera alcanzar la aprobación del Señor Jesucristo. Claro está, no somos perfectos, pero tenemos que vivir de una manera que sea del agrado de Dios. Te animo que, en este día, juntos proclamemos en el nombre de Dios en concordancia, a que un día al recibir a Cristo Jesús en nuestras vidas, se nos dio la potestad de llegar a ser hijos de Dios, ahora somos nuevas criaturas y estamos en la Luz y la Verdad. Recuerda tal vez seas la única Biblia que alguien pueda leer. Vivamos para Cristo. Shalom, Cristo viene pronto.