2 Corintios 5:14-15 Porque el amor de Cristo nos impulsa, considerando esto: que uno murió por todos; por consiguiente, todos murieron. Y él murió por todos para que los que viven ya no vivan más para sí sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por: Daniel Mora Jiménez.
En nuestra vida secular muchas de las actividades que realizamos tienen de manera indirecta o directa ciertas motivaciones que nos llevan a efectuar una determinada acción, por ejemplo, todos respiramos porque es parte esencial de nuestra vida, o, todos trabajamos porque requerimos un beneficio económico para las necesidades de nuestro hogar. De la misma forma cuando vemos nuestra vida espiritual podríamos preguntarnos ¿Qué nos impulsa en el servicio a Dios y a nuestros hermanos?
Esta pregunta es muy importante, porque es el punto de partida para comprender, la solidez de nuestra vida espiritual, puesto que una mala o incorrecta motivación nos puede llevar a ser cristianos fluctuantes. Por un lado, tenemos a un grupo de personas que desean servir a Dios por medio de alguna actividad en la congregación, pero al enfrentarse a distintas pruebas se ven desgastados, provocando una interrupción de su servicio. Por otro lado, tenemos un grupo de personas que han escuchado del llamado que Dios hace a todo cristiano al servicio, sin embargo, no reciben este llamado y llenan su mente de excusas para justificar su incumplimiento a este mandato de Dios.
Estos dos grupos de personas tienen un problema en común, puesto que, evidencian que no han entendido el mensaje del evangelio de Cristo y que las razones de su comportamiento son por un error de motivación o una falta de ella. El Apóstol Pablo nos da una gran lección, puesto que a pesar de todo los problemas y circunstancias de la vida por las que había pasado, siempre estaba dispuesto a dar la vida por servir a Dios y a sus hermanos, siendo su unica motivación o impulso el entendimiento del amor de Cristo por medio del mensaje de la Cruz. Te envito en este día a que entendamos el amor de Cristo y que permitamos que su amor sea el motor que nos impulse a servirle de manera incondicional.