2 Corintios 8:14 “Sino para que en este tiempo, con igualdad, la abundancia vuestra supla la escasez de ellos, para que también la abundancia de ellos supla la necesidad vuestra, para que haya igualdad”.
Escrito Por: Jenny Flores de Villavicencio
En tiempo de la pandemia, Fundación Galarza me contactó para entregar un contingente a las personas que estaban en necesidad, y recuerdo claramente las palabras del Sr. Galarza quién es un hombre temeroso de Dios dijo: lo que está en mis manos, y en las cuentas bancarias, no es mío yo soy solo un administrador de los recursos y las finanzas que Dios ha puesto en mis manos, por lo tanto debo hacer lo correcto y agradable a Dios, por eso quiero donar víveres para aquellas familias que hoy no tienen alimento.
El dio lo que tenía en su poder y ayudó a las personas en necesidad y ellos dieron lo que tenían en su corazón, palabras de gratitud a Dios y a Fundación, cumpliéndose lo que dice la Palabra de Dios: “la abundancia vuestra, supla la escasez de ellos”.
Dios no nos prospera para elevar nuestro nivel de vida, sino para elevar nuestro nivel de dar, porque en el dar se manifiesta la verdad, se manifiesta Dios mismo al corazón que tiene necesidad, es así como la igualdad se hace manifiesta en Dios, por eso algunos son prosperados para que puedan suplir a aquellos que no tienen la oportunidad se suplir sus propias necesidades.
Abrigue está responsabilidad en su corazón y permita que la riqueza espiritual que Dios ha puesto en su corazón abunde en dar para que crezca la obra.
En nuestra congregación hay ministerios que trabajan unidos para extender la enseñanza, y usted es parte de ese trabajo. Dice la palabra: El alma generosa será prosperada y el que saciaré, él será también saciado (Proverbios 11:25). Dios bendice al que da con liberalidad de sus posesiones, su tiempo, y sus fuerzas.
Que obtenemos al dar a otros?, libertad de la esclavitud a nuestras posesiones, el gozo de ayudar a los demás, y la aprobación de Cristo, lo que poseemos no es nuestro, sino que Dios ha puesto en nuestras manos a fin de utilizar en ayuda a otros, no permita que la falta de fe, le impida dar generosamente.