2 Corintios 8:2 “Que en grande prueba de tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad”.
Por: Jenny Flores de Villavicencio
Las dificultades y pruebas para el cristiano no son asunto nuevo, ya que desde tiempos antiguos han existido y han sido superables no por fuerzas humana, sino por la gracia y el favor de Dios.
Los cristianos Macedonios estaban en tribulación, más vemos en gran testimonio de vida para la iglesia, aunque se encontraban en pobreza, no escatimaron en ella, y se entregaron generosamente para con aquellos que vivían dificultades, dando con alegría de lo que en su corazón nacía, ellos dieron dinero a pesar de ser pobres, y dieron mucho más de lo que Pablo esperaba. Era una dádiva con sacrificio, eran pobres pero querían ayudar. Todo hijo obediente debe cumplir con gozo lo que enseña la palabra de Dios, alégrese en “dar”.
Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría (2 Corintios 9:7), la pobreza no es excusa para la mente, que renovada en Cristo, comprende que las vicisitudes de la vida te permiten manifestarle. Amor obediencia y gratitud a Dios, y aún en medio de pruebas difíciles tenga un corazón alegre, porque su alegría no proviene de una situación económica o tranquilidad emocional, su alegría proviene de Cristo.
Lo sobresaliente del dar no radica en la cantidad, sino en el por qué y en el cómo damos. Dios no quiere dádivas que se den de mala gana. En vez de eso, quiere que seamos generosos como lo hicieron estas iglesias: como una dedicación a Cristo, con amor por los creyentes, y la alegría de ayudar a aquellos que están en necesidad. ¿Cuánto se parece su medida de dar a la de las iglesias en Macedonia?.