2 Corintios 8:3 “Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas”.

Escrito Por: Jenny Flores de Villavicencio

Nadie recogió una ofrenda, nadie pidió, nadie hizo un pacto, dieron de lo que nacía espontáneamente de sus corazones, porque el corazón del creyente, se entrega para dar, sin pensar en limitaciones, sin pensar en el futuro. Para el creyente existe el aquí y el ahora en donde existe Dios que es el proveedor, el ayudador, Dios nos da recursos para usarlos e invertirlos para Él.

Ustedes serán enriquecidos en todo sentido, para que en toda ocasión puedan ser generosos y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios, (2corintios 9:11). Los recursos de Dios, no deben de ser escondidos o peor aún malgastado, sino cultivados a fin de producir mayor cosecha, y bendecir a la obra del Señor aquí en la tierra, el dar cristiano no es una opción, sino que es parte del trabajo que hace el Espíritu Santo en nuestras vidas.

El dar, el ofrendar, el contribuir, debe ser una prioridad en la vida del creyente, porque estamos siendo apoyo al ministerio que enseña y predica la palabra de Dios. Le ánimo en este tiempo a que busque cualquier oportunidad para dar, únase con su familia y enséñele que se debe entregar a la iglesia no solo dinero, sino todo lo que Dios le a dado, puede ser talento, enseñanza, labor social; la unidad fortalece y contribuye a que el reino crezca.

Recuerde que el primer paso para dar, es la voluntad no la cantidad, si usted tiene la voluntad y un corazón generoso el resto vendrá naturalmente.