2 Corintios 8:8 “No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro”.
Escrito Por: Jenny Flores de Villavicencio
Pablo comprende que las ordenanzas solo repercuten en desobediencia porque van al alma, más el con este testimonio quiere que el Espíritu Santo que obra en ellos, pruebe la sinceridad del amor que profesan para con Dios, siguiendo el ejemplo de vida de la iglesia en el dar, porque nuestras acciones son solo el resultado de lo que ha ocurrido en nuestro interior.
Seamos como las iglesias primitivas, demos con diligencia, con devoción, interesémonos por la necesidad de otros, así como nos interesamos por los nuestros propios, no me refiero al interés expresado en palabras, sino en el interés que se plasma en llevar a cabo una acción, el interés que nos hace aceptar con alegría lo que ha bendecido Dios en la semana y darlo con agrado en la casa donde me congregó, sabiendo que ahí será utilizado para realizar la obra de evangelizar, enseñar, compartir ese alimento espiritual, importante y necesario.
Para todo aquel que de corazón busca a Dios, no hay mayor necesidad, que la salvación eterna y un corazón que vive sin Cristo lamentablemente está insatisfecho y perdido. Por este motivo es importante orar al dueño del oro y la plata provea los recursos necesarios para que se lleve a cabo la obra de Dios aquí en la tierra; a fin de que sean alcanzadas más personas para Cristo.