2 Corintios 9:7 “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”

Escrito Por: Ericka Herrera de Avendaño.

La porción bíblica de hoy es un principio fundamental relacionado al acto de dar. Pablo nos enseña que cada uno debe dar, de acuerdo a lo que ha decidido en su corazón, pero sin tristeza ni obligación. Dios ama al que da con alegría. El ofrendar generosamente no se trata simplemente de cumplir con un deber o una obligación. Es un reflejo del corazón y la actitud hacia Dios, ya que nos ha dado abundantemente y nos invita a compartir y bendecir a la iglesia de la misma manera.

Cuando damos con alegría, demostramos nuestra gratitud a Dios y reconocemos que todo lo que tenemos proviene de Él. No deberíamos dar por miedo o presión, sino con un corazón agradecido y gozoso. El acto de ofrendar se convierte en una expresión de nuestro amor y confianza en Dios. Además, ofrendar con alegría nos permite experimentar la satisfacción que proviene de bendecir a otros. Cuando damos con generosidad, no solo estamos supliendo una necesidad material, sino que estamos mostrando el amor de Dios y extendiendo Su gracia a aquellos que nos rodean.

Hoy, reflexionemos sobre nuestra actitud hacia el ofrendar ¿Damos con alegría y generosidad, o lo hacemos con tristeza y resistencia? ¿Reconocemos que el dar es una oportunidad de participar en la obra de Dios y bendecir a otros?.

Oremos para que el Espíritu Santo nos llene de un corazón generoso y alegre. Oremos para que podamos ofrendar sin reservas y con gratitud a Dios por Su provisión en nuestras vidas. Oremos para que nuestro acto de ofrendar sea una expresión de amor y una bendición para aquellos que reciben. Que el amor y la generosidad de Dios sean evidentes en nuestras vidas a medida que damos con alegría. Que nuestros actos de dar sean una fuente de bendición y un testimonio del amor de Dios en nosotros, en el nombre de Jesús, amén.