2 de Pedro 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”

Por: José Vaquero Aragundi.

Estas palabras del Apóstol Pedro, nos despejan toda duda sobre el tiempo o el momento de la venida del Señor, ya que (como sabemos) él nos prometió que vendría por segunda vez por su iglesia; y aunque ya han pasado siglos de esa promesa, la misma sigue vigente y es apremiante.

Debemos comprender que el amor, la misericordia y paciencia de Dios son muy grandes, tanto así, que en su gran paciencia y misericordia para con todos nosotros, es decir para la humanidad, y no deseando que nadie sea condenado, ha determinado en su infinita sabiduría omnisciente, un tiempo en la historia para su venida, dando la oportunidad (si fuese posible para la humanidad) que todos se arrepientan; es por esto, que la predicación del Evangelio es muy importante y necesaria, ya que sin predicación no hay salvación, como dice Romanos 10:17, la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Perseveremos en la Palabra del Señor, santificándonos día a día en ella, no desmayando, ni dando lugar a la carne, y obedezcamos su mandamiento de esparcir el Evangelio a toda criatura y en todo lugar, para que, en el día glorioso de nuestro Señor Jesucristo, haya una gran cantidad de santificados para salvación.