Estamos Ubicados en:
Ximena 421 y Padre Solano,
info@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216
Berajot
berajot@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216

2 Pedro 1:3-4 “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas…”.

Escrito Por: David Pérez Vera

Tenemos que empezar este día concientizando que las promesas de Dios son preciosas. Generando en cada uno de nosotros que, no solamente nos recuerdan su interés en nosotros, sino también nos dan esperanza y aliento cuando atravesamos momentos difíciles. En tal sentido, antes de apropiarnos de una promesa, debemos examinarnos para nuestro crecimiento en fe, obediencia y paciencia, considerando estas palabras inspiradas por el Espíritu Santo de Dios en la vida del apóstol Pedro.

Es interesante, que Pedro según las Escrituras fue un hombre conocido por su brusquedad, sin embargo, en esta porción bíblica se nos muestra a un hombre, con un enfoque disciplinado para el crecimiento espiritual. Entonces, si Pedro, que una vez fue el pescador vehemente impulsivo, impetuoso, podría convertirse en un hombre piadoso y disciplinado, entonces cualquiera puede llegar a ese cambio de carácter y personalidad con la ayuda de Dios.

Al mirar el contexto bíblico, el apóstol Pedro indica que cuando creímos en Jesucristo como Salvador y Señor, Su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de Aquél que nos llamó por Su gloria y excelencia.

Todos y cada uno de nosotros debemos de tener algo muy presente que, para crecer en la piedad, debemos tener la motivación correcta y aumentar la diligencia, 2 Pedro 1:5  dice: “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento”. El apóstol básicamente está diciendo que el Eterno nos ha dado Su vida y todas Sus promesas por medio de Cristo Jesús, por lo que, ahora, necesitamos aplicar la diligencia en el diario caminar de la vida para que podamos crecer espiritualmente. 

Llegamos a un punto de profunda reflexión, sobre el testimonio que como hijos de Dios debemos sostener, por lo cual podemos preguntarnos. ¿Hacemos tiempo para crecer espiritualmente?, ¿Estamos aplicando toda diligencia para crecer en Cristo?, ¿Estudiamos con toda regularidad la Palabra de Dios para nuestro crecimiento espiritual?. Amado hermano y amigo, tengamos muy en claro que, si no hacemos nada de lo que hoy se nos pregunta, penosamente no creceremos de manera espiritual como Dios quiere que lo hagamos, Shalom.

Usamos cookies para una mejor experiencia de usuario.