2 Tesalonicenses 3:1 “Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros”.
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
La Palabra de Dios capacita al creyente para vivir en este mundo de maldad. La Palabra es la que establece firmemente al creyente en su andar por esta tierra.
El ruego orad por nosotros, es algo en lo cual cada creyente puede participar. La oración es algo que todos los creyentes deberían practicar. Cada trabajo u obra que se lleve a cabo, para tener éxito, tendría que estar respaldada por la oración. Todo predicador del Evangelio y de la Palabra, cada maestro de la Palabra que está siendo usado por Dios, tiene personas que están orando por él. Que gran importancia el poder orar por los pastores de las iglesias en todo el mundo.
Nuestra oración debe ser para que la Palabra de Dios sea honrada, difundida, exaltada para la gloria de Dios. Pero sobre todo oremos para que los cristianos la exalten en sus propias vidas. Oremos para que aquellos que manifiestan creer en su Palabra, se introduzcan en ella en profundidad para conocer realmente lo que dice, y en la enorme relevancia que representa para sus vidas y para el mundo que nos rodea.
La oración que se hace de corazón, con pasión por los que andan en oscuridad para que el mensaje pueda difundirse conforme a la voluntad de Dios, es necesaria. Tener fe no significa creer tan solo, sino que exista una plena confianza en Dios.
Muchos cristianos solo oramos por nuestras necesidades o para que todo nos salga bien. El que la palabra de Dios cada día alcance a más almas en el mundo también debe ser nuestro motivo de oración cada día. Que podamos ser fieles en orar e interceder para que la Palabra de Dios no tenga estorbo, sino que corra con poder para alcanzar a aquellas personas que no tienen fe ni esperanza, en Él, Amén.