2 Timoteo 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.
Escrito Por: Ps. David Pérez Vera
Amados hermanos y amigos hoy culminamos este precioso mes, considerando cada una de las bendiciones recibidas por medio de la Palabra, a lo largo del periplo de todo este periodo, donde nuestro Padre Celestial nos dado consejo, lineamientos y directrices para nuestro caminar. Tomando en cuenta que, en la vida del cristiano se requiere no solo luchar y perseverar, sino también trabajar. En tal sentido hay ciertas cosas que debemos hacer, y otras cosas que debemos evitar.
En el contexto bíblico de nuestra lectura, el apóstol Pablo ha exhortado a evitar las discusiones vacías, pero de aquí en adelante va a mostrar cuál debe ser la fuerza auténtica de un obrero aprobado por Dios.
Ante los hombres superficiales que están ansiosos de presumir de ocurrencia en su búsqueda del aplauso humano, el hijo espiritual de Pablo, Timoteo debe impedir el absurdo deseo de exhibirse ante los hombres y buscar más bien con diligencia presentarse a Dios aprobado. Al fin y al cabo, lo que realmente importa no es conseguir que los hombres tengan una buena impresión de nosotros, sino que Dios apruebe lo que somos y hacemos. Que cuando Dios nos examine, no encuentre en nosotros nada indigno por lo que tengamos que sufrir vergüenza. Gálatas 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Es menester recalcar que, una parte importante de la aprobación sublime que Timoteo debía procurar tenía que ver con usar bien la Palabra de verdad. Puesto que, está claro que no todo aquel que usa la Biblia lo hace necesariamente bien, siendo este un asunto en el que Pablo incide con frecuencia en esta epístola.
Es necesario considerar la connotación del verbo “usar”, por cuanto, transmite la idea de cortar rectamente, de llevar un rumbo derecho. Se usaba para hacer el trazado de una carretera en línea recta o para arar un surco recto. Simbólicamente se usaba para realizar cualquier trabajo con cuidado y precisión. Y como lo hemos manifestado, hay muchas formas de hacer interpretación retorcidas. Pero, ante todo, el obrero aprobado por Dios no distorsiona la verdad, no la adultera, no la mutila, ni la cambia, sino que maneja toda la Palabra con precisión. Es idóneo para interpretarla correctamente y aplicarla convenientemente a las necesidades de todos a nuestro alrededor.
¿Cuántas veces nos hemos encontrados con tanta superficialidad en la exposición de las Escrituras hoy en día? Recuerda, el obrero de Dios debe trabajar de tal modo que no tenga que avergonzarse. Pero esta labor exige que seamos esforzados y valientes, porque el Eterno nos demanda que en el tiempo que Él nos da, haya mucho estudio de la Palabra y oración, por lo que, a no ser que se esté dispuesto a pagar ese precio, nunca se llegará a este objetivo.
Shalom, Cristo viene pronto.