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2da de Corintios 4:16 “Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”.

Escrito por: Dayami González López

Según las ramas de la ciencia que estudian el crecimiento humano, este en los varones culmina alrededor de los 17 años y en las mujeres a los 21. Pero la musculación (crecimiento de los músculos cuando se entrenan) aún en los 60 y 70 años puede tener lugar, siempre que se aplique de forma constante y disciplinada una actividad física determinada y se complemente de una adecuada nutrición.

Muchos cristianos creen que hay una única temporada de nuestras vidas espirituales donde vamos a experimentar más crecimiento espiritual, vamos a mostrar más el fruto del espíritu y estaremos más presentes en las actividades de la iglesia, la llaman “etapa del enamoramiento con Dios”, cuando estamos recién convertidos, pero que como todo enamoramiento pasa y, el primer amor se enfría. Pero esto no es natural y no es lo que dice La Biblia.

Es una realidad que cuando conocemos por primera vez del amor inmenso de Dios que lo llevó a morir en una cruz por nosotros y empezamos a reconocer delante de Él que nuestra manera de vivir le era contraria y él nos perdona y nos da esa paz que sobrepasa todo entendimiento, experimentamos un amor infinito por nuestro buen Dios. Pero también es cierto que nuestra relación con Dios, no es como con las personas que nos rodean, por más que los amemos.

Cuando nos adentramos en aguas más profundas en nuestra vida de relación con Dios y le conocemos más, escudriñando su Palabra e invirtiendo más tiempo en nuestra vida de oración, Él cumple su promesa de Jeremías 33:3 y nos enseña cosas grandes y ocultas que no conocemos.

De tal manera que, aunque podemos pasar por pruebas, la Palabra nos dice que ni aún el desgaste físico que se produce en nuestro cuerpo hace que mengue nuestro crecimiento espiritual, sino que se renueva el hombre interior de día en día. Todos los días podemos avivar el amor con nuestro Dios y crecer espiritualmente si invertimos tiempo en Él.

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