Hechos 20:35 “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”.

Escrito por : Dayami González López

Si alguna vez te ha tocado compartir algún conocimiento con alguien, sea porque eres profesor o porque tienes niños pequeños, o porque alguien te ha hecho alguna pregunta que debes contestar, podemos testificar que una de las formas más eficaces de aprender es enseñando, porque estudiamos y nos preparamos.

Lo mismo acontece en el reino de Dios. Cuando ayudamos a un hermano recién convertido en los caminos del Señor, el discipulado nos obliga a conocer más los atributos de Dios para, en sana doctrina, acorde a La Biblia y no a tradiciones de hombres, enseñar y guiar a ese nuevo creyente a crecer en la fe. O cuando debemos dar un tema en algún culto de estudio bíblico en nuestra iglesia local, debemos estudiar aún más a fondo el texto bíblico sobre el cual vamos a compartir.

Pero, así como al ayudar al hermano recién convertido a recibir los fundamentos de la fe, crece espiritualmente el hermano o al compartir un tema en la congregación, crece la iglesia; así también crecemos nosotros. Si queremos una herramienta poderosa para nuestro crecimiento es esta: ayudemos a crecer a otros y creceremos nosotros también.