Juan 14: 26 ”Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
Escrito por: Dayami González López.
En 2017 Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo se retiró de la vida de las competencias, pero en una entrevista confesó: “Si mi entrenador regresa y me dice – hagamos esto-; lo haré, porque creo mucho en mi entrenador”
Todos los deportistas de alto rendimiento que han alcanzado metas importantes, saben cuán valioso e irremplazable es un entrenador personal, pues no sólo te corrige la técnica, sino que te apoya y alienta hasta que lo logres.
¿A quién compararemos en la vida espiritual como el inmejorable entrenador y consejero?. La Biblia dice que el Espíritu Santo nos enseñará todas las cosas y nos recordará todas las palabras que Jesús nos había hablado.
Cuando tratamos de crecer espiritualmente en nuestra “sabiduría humana” o cumplir en nuestras fuerzas el fruto del Espíritu Santo, fallamos, porque somos como ciegos guiando ciegos. Pero si aprendemos a depender del Espíritu Santo, a dejarle lugar en nuestras vidas a esa persona de la Trinidad que inspiró La Palabra, encontraremos, como dice el texto, quien nos enseña como el mejor de los entrenadores a cumplir con cada parte del proceso que atravesamos, cuyo fin es colaborar en nuestro crecimiento espiritual.