2 Corintios 8:21 “Procurando hacer las cosas honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres”.

Escrito Por: Jenny Flores de Villavicencio.

El apóstol elogia a los hermanos enviados a recoger su caridad, conoce quiénes eran, y como con seguridad se puede confiar han demostrado en muchas ocasiones que pueden llevar la obra que se le ha encomendado con pasión y entrega. La escritura dice: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad (Filipenses 4:8)

Es el deber de todos los cristianos actuar con honestidad; impedir en la medida de nuestras posibilidades, todo mal ejemplo que se pueda dar, por lo que es necesario primeramente, actuar con rectitud ante los ojos de Dios, y luego ante los ojos de los hombres seamos de una conciencia pura, y un actuar prudente.

Seamos como los personajes de esta historia, que trajeron la gloria a Cristo como instrumentos de entrega y servicio, por lo cual obtuvieron el honor de ser tenidos por fieles, en su labor cristiana.

La buena opinión que otros tienen de nosotros, debe ser un argumento con nosotros para hacerlo bien, nuestro corazón debe procurar siempre hacer lo correcto, no solo porque es lo que Dios ha puesto en nuestro interior, y porque a él, daremos cuentas de todo lo que hacemos, sino también por aquellos que ven el obrar de la iglesia, como la obra de Dios sobre sus propias vidas, uno de esos valores modelados por Cristo, fue la honestidad. Cuando practicamos y vivimos en honestidad, obtendremos como beneficio la confianza y el respeto, de los demás, pero sobre todo la aprobación de Dios.