2 Timoteo 17 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”.
Escrito Por: Dayse Villegas Zambrano
El sufrimiento y la humillación pueden hacernos pensar en huir. Muchos huyeron y se avergonzaron de Cristo y otros abandonaron al apóstol Pablo al verlo preso. Incluso Pedro, antes de recibir el Espíritu de Dios y ser fortalecido, negó su discipulado y a su Maestro. Nosotros, en quienes habita el Espíritu, tenemos fortaleza para defender el testimonio de Jesús en medio de cualquier situación.
Si sentimos temor y en algún momento un pensamiento de cobardía puede asaltarnos. Recuerde que eso no ha sido puesto allí por Dios, así que no permita que una pasajera debilidad lo detenga. Es nuestra oración que usted pueda ver las cualidades que Dios ha sembrado en su espíritu: el poder para testificar, el amor para ser fiel y el dominio propio para, con toda dignidad y valor, enfrentar incluso la muerte de pie, con los ojos puestos más allá, donde está esperándonos Cristo, Señor y Vencedor de todo. Con Él en nuestro horizonte, no tendremos miedo de seguir caminando.