Juan 14: 15-16
Si me aman, obedezcan mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor, quien estará con ustedes para siempre.
Escrito Por: Marianella Layana de Jácome.
Nuestro padre nos llama a reconocer el Poder del espíritu Santo de Dios en nuestra vida, comprender el grado de amor al que ha llegado nuestro Padre Celestial al darnos ese reglo inmerecido.
La gracia es un regalo a través del sacrificio de Cristo para aquellos que están dispuestos a recibirla. La gracia puede sacarnos de nuestro estado actual y llevarnos a una situación totalmente diferente donde se hace la voluntad de Dios.
Aceptar este regalo muchas veces no es sencillo, requiere nuestra voluntad de aprender las cosas que Dios quiere que sepamos.
No se nos obliga a este crecimiento; debemos buscarlo. Como es voluntario, muchas veces la excusas de no tener tiempo, del trabajo los hijos, etc. es lo que frena nuestro crecimiento y se nos escapan muchas oportunidades que Dios nos da. ¿Cuántas veces nuestro crecimiento se detiene porque asumimos que nuestro comportamiento y decisiones son las adecuadas en lugar de buscar la guía del Espíritu Santo para que nos ayude a vivir y a compartir de su gracia?
Si nos dejáramos guiar por su Espíritu, el crecimiento de la Iglesia sería grande, y la eficacia de nuestro servicio a Dios traería mucho mayor bendición a nuestras vidas.