Mateo 5:15 “Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero para que alumbre a todos los que están en casa”.
Escrito Por: Jenny Flores de Villavicencio
Jesús usa este ejemplo de la luz bajo una vasija, para que podamos entender cuál es la verdadera función que cumple una vela encendida, y es, alumbrar los espacios obscuros para evitar accidentes, una luz, por pequeña que sea, tiene el poder de atravesar las más densas tinieblas, y de ser vista desde una gran distancia.
En el mismo momento que le entregó su vida a Cristo, Él personalmente encendió en usted esa luz en su interior. Imagínese una luz encendida en medio de las tinieblas. Él le encendió a través de su amor, de tal manera que donde antes había tinieblas, ahora hay claridad; es decir transporta esa luz donde quiera que vaya. Esa luz es parte de su identidad como hijo/a de Dios.
Quizá en algún momento de su vida, pasó por situaciones desagradables, que no permitió que esa luz brillara con la intensidad que debería hacerlo, muchas veces su conducta no ha sido la mejor, pero hoy es hora de ser luz que ilumina.
No sea aquella vela que se tapa con un recipiente, pues no alumbrará a los de su entorno, y usted mismo podría tropezar y caer. Jesús dijo que nuestra luz no sólo debe ser testimonio de buenas palabras, sino que debe ser testimonio de nuestros actos ” buenas obras” Y una vela tapada, en la que no entre oxígeno, acaba apagándose.
Usted como un hijo de Dios en este día, rompa con todo aquello que quiera bloquear la luz de Cristo y brille con fuerza. Que en este día la luz de Cristo que es la energía divina, le alimente del oxígeno divino y se conecte con Él por medio de la oración apasionada y sincera a Dios y que esa misma luz sea de bendición, tanto para usted como para los demás.