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1 Crónicas 16:28 “Tributad a Jehová, oh familias de los pueblos, Dad a Jehová gloria y poder”.

Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez

Después de muchos años – desde que el arca fue perdida en batalla – el arca regresa al centro de la conciencia nacional de Israel. El emblema de la presencia y la gloria de Dios se coloca en el lugar que le correspondía en Israel. David con un corazón alegre y adorador por tener el arca devuelta, insta al pueblo a adorar a Dios. 

Hemos nacido para adorar y esto es esencial y permanente en nuestra naturaleza, de la cual no nos podremos separar desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte, fuimos creados con un instinto para adorar. Isaías 43:21 dice: “Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará”. 

Dios tiene derechos exclusivos sobre nuestra adoración porque Él nos hizo y nos dotó para adorarlo. El hombre está en lo mejor, cuando se encuentra adorando a Dios. No hay momento donde la alabanza o la adoración no sean apropiadas. 

Hay un vínculo especial en las familias que adoran a Dios juntas. Es de gran gozo poder ir juntos al templo a dar gloria a Dios por todas las bendiciones que él nos concede a diario. Los padres como sacerdotes del hogar, han de ser adoradores a Dios en espíritu y en verdad, para impactar las vidas de sus hijos. 

La familia que está unida no solo por lazos de sangre, sino también en el área espiritual disfrutará de una relación más profunda y real. Sus miembros estarán unidos en espíritu recibiendo la bendición que Dios concede a todos los que le sirven. Señor Jesús oramos porque nuestras familias tengan corazones agradecidos a ti, que sus vidas sean verdaderos altares para que tu presencia sea un fuego constante de poder y gloria, donde tu nombre sea engrandecido y loado, en tu nombre amén.

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