Proverbios 17:6 “Corona de los viejos son los nietos, Y la honra de los hijos, sus padres”.

Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez

En el texto que hemos leído, vemos 3 generaciones unidas conformando uno de los vínculos más hermosos en nuestra vida terrenal. Es aquí donde Dios nos enseña el valor y satisfacción de la familia. Ser abuelo es una recompensa; es decir, el nacimiento de una nueva generación también convierte a los abuelos en herederos de una corona, tanto para el padre es una herencia, y establece el vínculo perfecto desde el abuelo, que engendró al padre, el padre que engendro al nieto. Esta corona, esta bendición añade responsabilidades, “el buen abuelo dejará herencia a sus nietos” (Proverbios 13:22). 

Que profundo, los buenos abuelos son considerados por Dios para que dejen una herencia incorruptible, espiritual en sus nietos. El refrán tan conocido “El padre cría y el abuelo malcría”, no es lo que Dios instruye, a Moisés le entregó mandato respecto a las generaciones de Israel, Éxodo 10:2 “Para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo haré en Egipto”. 

Los abuelos por mandato de Dios deben transmitir a sus hijos y nietos la enseñanza de las sagradas escrituras y las grandes cosas, maravillas, revelaciones, que Dios ha hecho a lo largo de sus vidas, no pueden guardar silencio porque el hijo (a), nieto(a) pueden ser elegidos por Dios para trabajar en su obra.   

El ejemplo piadoso del padre y abuelo de un niño, forjará su fe en Dios, traspasando generaciones para influir en sus corazones las promesas y la esperanza que Dios tiene para su pueblo e hijos. De esta manera los nietos van a ser corona de los abuelos, cuando la herencia de Jesucristo viva en los corazones de los nietos. Que honra más grande son los padres que Dios nos dio ya que de una u otra forma Dios los usó para que hoy nosotros estemos en pie alabando y bendiciendo al Señor Jesús, amén.