Salmo 103:17 “Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos”.
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
El salmo 103 nos recuerda la benevolencia y gracia de Dios para con sus hijos. Nos recuerda que “toda buena dádiva y todo don perfecto desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17). La bondad y la misericordia de Dios no tienen límites. “Más la misericordia de Jehová desde el siglo y hasta el siglo…..”. Dios como la fuente de misericordia, permanece desde todas las eras. Sobre los que le temen caen los beneficios de esta misericordia eterna, al igual que sobre los hijos de los hijos.
Que maravillosa promesa y a la vez la certeza de una esperanza, si dejamos un legado piadoso de fe, amor y fidelidad a nuestro Eterno Dios, a nuestros hijos, ellos podrán experimentar su misericordia también. El amor de Dios no se altera por nuestros estados de ánimo y por ende la falta de una buena actitud. Nunca ha existido un momento en el que Él no le amara, su misericordia es eterna.
Estas promesas de amor y misericordia eterna sobre usted, sus hijos y los hijos de sus hijos, es condicional. Las promesas son hechas para los que le temen, para aquellos que guardan su pacto y para aquellos que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
Muchas personas piensan que temer a Jehová es sentir miedo por Él y la verdad es que la palabra “temer” se refiere a tener reverencia, respeto hacia un Ser tan Santo como es Dios. Dice esta porción bíblica que su Misericordia es eterna, no tiene principio ni fin porque Jehová es Misericordia es uno de sus atributos, es su esencia misma, pero no solo que es misericordioso, sino que también es un Dios Justo que aplica su justicia a los hijos de los hijos. La misericordia de Dios ya nos abrazó desde antes de que tuviéramos que enfrentar cualquier prueba y su efecto se extiende hasta más allá del término de la misma, ella es constante. ¿Siente hoy que no puede ver la misericordia de Dios en su vida? Recuerde entonces cuando estuvo enfrentando alguna prueba o circunstancia y puedo experimentar que Dios mantuvo su promesa y le levantó, le amó, le guardó, le sostuvo, le consoló y le guio en medio de todo. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. Porque así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia, así también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo” (2 Corintios 1:3-5), amén.