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Éxodo 20:12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. 

Por: Nelly Jácome de Pérez

Todo ser humano está bajo algún tipo de autoridad, en mayor o en menor grado. Si no estuviéramos bajo algún tipo de autoridad, entonces cada quien hiciera lo que bien le pareciera. Esto es un gran problema, especialmente con el corazón engañoso y perverso que tenemos. Es a nuestros padres a quienes se le ha encomendado la tarea de instruirnos para tomar el camino correcto. Así que, les debemos obediencia. 

La rebelión y la desobediencia por parte de los hijos producen efectos desastrosos en la vida de la sociedad y la nación. Tal fue el caso de Roboam, que no dio honor a los ancianos de su pueblo y por no obedecerlos por dejar de lado sus consejos, no solo trajo perjuicios contra sí mismo, sino también contra toda la nación, pues fue dividida en dos reinos, el reino del norte y el reino del sur y debido a esto el reino del norte se descarrió totalmente de los caminos del Eterno.  Si los hijos no obedecen a los padres, tampoco aprenderán a obedecer a Dios. 

En la carta a los efesios en el Capítulo 6 verso 1 dice: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo”. Dios ordena que se honre a los padres, y esto implica reverencia, obediencia, alta estima, dar el peso debido a los padres y debemos hacerlo porque esto es justo, porque Cristo es quien obedeció por nosotros de manera perfecta y porque al hacerlo anunciamos la obra de nuestro Señor Jesucristo que obedeció para que tuviéramos largura de vida habitando con nuestro Dios eternamente. Es decir, cada vez que mostramos honra a los padres estamos reflejando la obra de Cristo. Y esa debe ser razón suficiente para vivir en ese mandamiento. 

Padre Celestial oramos por hijos obedientes a ti en primer lugar, como nuestro Abba y a nuestros padres terrenales que nos has dado en esta tierra, porque esa es tu voluntad y agrada a tu corazón, amén.

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