2 Pedro 1:20-21 “entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.
Escrito Por: Nelly Jácome de Pérez
El Apóstol Pedro parece preocupado por quienes pueden tener una comprensión errónea de la profecía. La palabra “privada” aquí significa “propia” o “individual”. La Escritura no se originó en el nivel humano, sino con el Espíritu Santo, que se movió sobre los autores para escribirlo. Es como los efectos del viento sobre un barco cuando éste sopla contra sus velas y lo mueve a través del agua. Del mismo modo. El Espíritu se movió sobre los escritores bíblicos para producir la Palabra de Dios. Los autores humanos de la Escritura sabían que estaban escribiendo la Palabra de Dios, y lo hicieron con confianza y autoridad.
De esta manera, la inspiración divina garantiza que lo que la Escritura dice es lo que Dios quiere transmitir a Su pueblo. Es Su consejo para nosotros, para que podamos estudiar y obedecer con plena seguridad de que es la pura verdad y nunca nos llevará por mal camino.
Sabemos que la palabra de Dios es la forma más segura de conocer su voluntad, pues es revelación de Dios, estudiemos y escudriñemos la biblia para poder ser testigos verdaderos y dar razón a todas las personas de cuál es nuestra fe, en quien creemos y donde esta guardada nuestra esperanza. La Biblia no es un libro del mes, sino el Libro de los siglos. Ningún libro ha tenido tanta oposición como la Biblia. Los hombres se han burlado de ella, la han despreciado, quemado, ridiculizado y hecho leyes en contra de ella. Pero la Palabra de Dios ha sobrevivido y es aplicable hoy tanto como lo fue ayer y será mañana, Amén.