Estamos Ubicados en:
Ximena 421 y Padre Solano,
info@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216
Berajot
berajot@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216

Hechos 4:33 “Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y había abundante gracia sobre todos ellos”.

Por: Dayse Villegas Zambrano

Hay una gracia especial en ser testigos del Señor Jesús. Nosotros no hemos visto uno solo de sus días en la tierra, sin embargo, damos fe de su resurrección como si hubiésemos estado allí. 

¿Cómo puedo ser testigo de algo que no vi? Necesito tener pruebas. Las pruebas somos nosotros. Si el Espíritu de Cristo vive en nosotros (Romanos 8:9), entonces su gracia abunda en nosotros, y ya no vivimos por nuestros deseos, pensamientos o instintos, sino que seguimos al Espíritu. Alguien tal vez puede escuchar con escepticismo nuestras palabras, pero observará con atención nuestra conducta. 

Tal vez necesitamos cambiar nuestro concepto del testimonio como ‘aquello que Jesús hizo hace dos mil años’, a aquello que Jesús está haciendo ahora y siempre en todo creyente, empezando por mí. 

Los apóstoles no solo daban testimonio hablando. Daban testimonio con su manera de vivir, por eso los llamaban cristianos o pequeños Cristos. Caminaban por el mundo llenos de gracia. 

¿Somos nosotros pequeños Cristos? Parece demasiado ambicioso. No lo es. El mismo Espíritu que los movía a ellos está hoy en nosotros. La misma comisión. La misma fe. El mismo poder. El mismo Señor. Sí podemos. En este año que empieza, que demos testimonios abundantes en gracia.

Usamos cookies para una mejor experiencia de usuario.