Proverbios 10:22 “La bendición de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella”.
Por: David Agustín Pérez Vera
En tiempos actuales es muy recurrente, encontrar personas que viven en el placer y piensan que lo que están atravesando es grande y maravilloso, y que su experiencia es la gran vida, buscando y obteniendo riquezas y placeres fuera de la voluntad perfecta del Eterno. Lamentablemente a medida que se van acercando al final de sus días, encuentran que su vida es sin propósito.
Los documentales de algunas partes del mundo, muestran la organización de reuniones donde se brindan banquetes para recaudar recursos. Al aguzar los sentidos y mirar con detenimiento los rostros de los asistentes, mientras conversan animadamente o se cuentan bromas, resulta interesante observar cuan pocos de esos semblantes, revelan una verdadera felicidad. Hoy la Palabra del Eterno nos menciona que, la bendición del Señor es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.
En algunos casos, el cristiano de hoy, dada su indiferencia a vivir bajo los principios y valores fundamentados en la Palabra de Dios, debido a la ausencia de un estilo de vida piadoso, está llevando un cristianismo liberal, perdiendo de vista lo que Dios tiene preparado de antemano para sus hijos, y esto debido a que no están permitiendo que el Espíritu Santo de Dios, guíe sus vidas.
Al mirar el libro de Revelaciones, encontramos el mensaje que el Señor Jesucristo dirige a las siete iglesias una exhortación profunda, lo interesante es que a la iglesia de Éfeso la insta a que vuelva al primer amor, y a la iglesia la Odisea que se defina a ser esencial no liberal, en otras palabras, que se defina siendo frio o caliente, porque si no Jesucristo lo vomitaría de su boca, El salmista David pudo experimentar lo que es realmente vivir bajo la bendición de Dios y ver qué clase de riqueza podemos recibir. Salmos 37:3-4 “Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. 4 Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón”.
El Señor quiere bendecir su vida de una manera especial, Él nos ama de tal manera que no escatimó ni a Su propio Hijo para darnos salvación y vida eterna. Hoy podemos decir al Eterno, gracias porque de ti viene la felicidad, paz, provisión, salud, conocimiento, inteligencia y sabiduría para disfrutar de tu bendición que no me añade tristeza, Shalom.