Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. 

Por:  Dayse Villegas Zambrano

La fidelidad tiene sus héroes. Personas que vivieron y lucharon del lado de Dios, aunque muchos no alcanzaron a ver en este mundo aquello que esperaban.  Abel no alcanzó a llevar una vida larga. Murió en la juventud, y sin embargo, alcanzó a distinguirse ante Dios como un modelo de ofrendante. Hasta hoy, nos preguntamos cómo podemos ofrendar como Abel. 

¿Qué diremos de Enoc, quien agradó a Dios de manera que, viviendo menos que sus padres y que muchos de sus descendientes, fue traspuesto para no ver muerte? O de Noé, que sostuvo una obra de gran magnitud en previsión a cosas que aún no se veían. Invirtió su vida en un negocio cuya única garantía era la revelación de Dios. 

Todas estas personas tienen algo en común. Agradaron a Dios. Se acercaron a él. Creyeron en él. Creyeron en sus promesas. Lo buscaron con diligencia. La última palabra del verso de hoy, ekzeteo (buscar) sugiere que el que busca tiene un deseo personal e intenso que lo lleva a investigar y escudriñar aquello que es de su interés. 

¿Está usted buscando a Dios de esa manera? ¿Es un héroe de la fe? Tal vez piense que esto es demasiado ambicioso o exagerado. Pero recuerde, que la vida cristiana no es mediocridad, sino excelencia espiritual. Usted, revestido de Cristo, puede lograrlo, si se decide a ser fiel.