Filipenses 4:7 – “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús”.

Por: Welinton Flores Flores 

Había un árbol fuerte y alto que crecía en un valle. Un día, una tormenta intensa azotó el valle, con vientos fuertes y lluvia torrencial. Los árboles más débiles se quebraron y cayeron. Pero el árbol fuerte se mantuvo firme, sin moverse. Cuando la tormenta pasó, un pájaro se posó en una de sus ramas y le preguntó: “¿Cómo lograste resistir la tormenta?”. El árbol respondió: “Mi raíz es profunda y está firme en la roca. No me dejo mover por las circunstancias externas”.

La fe en Dios es como la raíz profunda del árbol. La paz de Dios nos permite resistir las tormentas de la vida. La estabilidad y la firmeza vienen de dentro. En resumen, la paz que Dios ofrece es Él y es una paz profunda. Cuando descansas en el tienes tranquilidad, cuando esperas en el tienes confianza, cuando vives en el tienes esperanza.

Está historia nos recuerda que la paz de Dios nos permite resistir las tormentas de la vida y mantenernos firmes en nuestra fe. Medita en la Palabra de Dios y encuentra paz en sus promesas. Practica la oración y la confianza en Dios en medio de la adversidad. Comparte la paz de Dios con otros a través de tus palabras y acciones. Recuerda que la paz es un fruto del Espíritu que nos permite vivir con confianza y tranquilidad en la presencia de Dios.

Dios bendito tu que eres la paz, el consuelo y la fortaleza, ayúdanos a vivir en ti y que seas tu quien llene de paz nuestras vidas, amén.