Miqueas 3:11 “Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está Jehová entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros”.
Por: David Agustín Pérez Vera
No hay nada más triste en esta tierra, cuando existen personas que juegan con las emociones de la gente necesitada, más aún, si esa necesidad es espiritual. En los tiempos actuales, se sigue viendo esta realidad como en los tiempos antiguos, que mucha gente comercializa con la fe. Lo más triste, es que a pesar de los tiempos que vivimos hoy por hoy, cuando el evangelio de Cristo se propaga a nivel mundial, como nunca antes se lo había registrado, mucha gente teniendo la Verdad en sus manos, es decir la Palabra de Dios, se deje engañar con emociones y fantasías para sus almas.
En el tiempo de Miqueas, Él condenó severamente a los religiosos que ministraban solo si les pagaban o ganaban algún redito por esta acción. El mismo Señor Jesús vino para servir, NO para promover un gran negocio con el Evangelio. Cuando la gente comparte el mensaje de Salvación para obtener un beneficio personal, se pierde la bendición.
En tal sentido, la predicación y la enseñanza nunca deben ser motivadas por la promesa de un beneficio personal. Cuando Dios lo llame a realizar algo, obedézcalo, incluso cuando no haya recompensa alguna en esta tierra. Miqueas advirtió al pueblo de sus días, que evitaran el soborno.
Los siervos de Dios aceptan sobornos, cuando permiten que aquellos que contribuyen en grandes cantidades, controlen sus vidas dentro de la iglesia. Recordemos que Judá fue finalmente destruida, debido al comportamiento de su gente. Hoy esta es una advertencia similar, que debe dirigirse al pueblo de Dios, nunca utilicen sus recursos para influenciar o manipular algún hijo de Dios, por cuanto Dios lo llama soborno. Recuerda Dios está con nosotros, en nosotros y por nosotros, por tal motivo nuestras acciones, pensamientos y palabras deben ser dirigidos a honrarlo y darle honra y gloria a Él. Si no has honrado al Eterno antes, hazlo ahora, nunca es tarde mientras Dios nos da la vida. Aprovecha tu vida intensamente con Dios, por medio de Cristo Jesús, Shalom.