Iglesia, id y haced discípulos porque el Padre os envía; Mateo 28:19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Por: Dayse Villegas Zambrano
¿Es usted un gran comisionado? Jesús preparó a sus apóstoles durante tres años para enviarlos a la gran comisión, hacer discípulos a todas las naciones, en el pleno poder dado al Señor en su resurrección. Durante este mes reflexionaremos en cómo este mandato es para todos nosotros, hasta que Él venga.
La primera palabra que recordaremos es potestad. En Mateo 28:28, Jesús empezó esta delegación declarando que toda autoridad le había sido dada en el cielo y en la tierra. Así como él había cumplido la voluntad del Padre, ahora tenía autoridad para mandar a su iglesia a cumplir su voluntad.
Y la primera orden de Jesús en este nuevo reino es que se anuncien las buenas nuevas, que se invite a las bodas, que se hagan discípulos. El Rey desea que nosotros seamos sus embajadores y mensajeros, llevando un mensaje de reconciliación y buena voluntad.
Es una carga ligera, fácil de llevar. La volvemos pesada cuando no entendemos el valor y la trascendencia del contenido que llevamos y lo vemos como una carga.
O cuando no buscamos ser entrenados para esta labor, y cuando nos piden que participemos, nos ponemos nerviosos y nos excusamos. Cuando creemos que es opcional, para un grupo de cristianos comprometidos, olvidando que es para todos. Cuando lo hacemos por obligación, sin entusiasmo, creatividad ni profundidad, olvidando que el mensaje del evangelio se habla, se escribe, se ilustra, se dibuja, se modela con vidas justas y con actos de amor. Miremos hoy con nuevos ojos nuestra gran comisión, y participemos en ella con gozo.