Mateo 15:36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud.

Por: Dayse Villegas Zambrano

Aquí está esa nueva oportunidad de la que hablamos en el devocional anterior. La necesidad se repite, siempre tendremos a la disposición comunidades pobres y con hambre, oportunidades de servir nunca nos faltarán. Los discípulos vuelven a estar rodeados de una multitud, con poca comida, pero con Jesús. 

Esta vez él toma la iniciativa. “Tengo compasión de la gente, ya son tres días, no tienen qué comer, no quiero enviarlos en ayunas”. Los discípulos aún no dominan la enseñanza que hace poco recibieron. “¿De dónde tenemos nosotros tantos panes?”. Su respuesta muchas veces es la nuestra. Cómo quiere Dios que yo sirva, si sabe que estoy ocupado. Cómo quiere Dios que yo dé, si sabe que no tengo. Cómo quiere Dios que yo ame, si nadie me demuestra amor primero. 

Cuando estamos enfrascados en lo que nos falta, no vemos lo que tenemos. Jesús les habla de nuevo. “Díganme, ¿qué tienen?”. Resulta que sí tenían siete panes y algo de pescado. Más que la vez anterior, y con menos gente. Jesús acomoda a las personas, toma el pan, da gracias, lo parte. Todo lo que los discípulos tienen que hacer es repartirlo. 

Esa es nuestra labor. ¿Nos falta presupuesto? Usemos el que tenemos. El Señor proveerá. Nosotros administraremos. ¿Nos falta tiempo? Hagamos lo mejor que podamos con él. El Señor asegurará el resultado. ¿Nos falta talento? Al Señor le sobra. ¿Nos falta amor? Seamos honestos con él y pidámoslo. Pero sirvamos. Habrá para todos, habrá para llevar. El Señor es generoso y rico donde nosotros somos limitados. Nos da nuevas oportunidades de aprender la lección y ponerla en práctica. Que este año tengamos muchas, y que esta vez aprobemos.