1 Pedro 2:9  “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.

Por: Ericka Herrera de Avendaño

Dios nos ha dado una identidad especial en Cristo. No somos cualquier pueblo, sino un linaje escogido, llamados a vivir en santidad y a proclamar el mensaje de salvación. Nuestra misión es clara: anunciar las virtudes de Dios y testificar de su poder transformador.

Antes de conocer a Cristo, estábamos en tinieblas, alejados de Dios y sin esperanza. Pero en su amor y misericordia, nos llamó a su luz admirable, nos redimió y nos dio un propósito. Ahora, como sus hijos, tenemos el privilegio y la responsabilidad de compartir esa verdad al mundo.

Ser testigos de Cristo no se trata solo de hablar de Él, sino de reflejar su carácter en todo lo que hacemos. La forma en que vivimos, nuestras acciones y actitudes deben ser un reflejo de su amor y justicia. Cuando nuestra vida está alineada con su voluntad, las personas pueden ver la diferencia y ser atraídas a la luz de Cristo.

El mundo está en oscuridad y necesita urgentemente la luz de Cristo. Como iglesia, no podemos quedarnos en silencio. Debemos ser portadores del mensaje de salvación. Señor Jesús, gracias por haberme escogido y llamado a tu luz. Ayúdame a vivir de manera que refleje tu amor y verdad. Dame valentía y sabiduría para anunciar tus virtudes a quienes me rodean. Que mi vida sea un testimonio vivo de tu gracia, en tu nombre lo pido, Amén.