Estamos Ubicados en:
Ximena 421 y Padre Solano,
info@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216
Berajot
berajot@pibguayaquil.com
Fono: +593 98 901 0216

Isaías 6:8   “Entonces oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”.

Por: Ericka Herrera de Avendaño

Dios está buscando personas dispuestas a ser usadas para cumplir su propósito en la tierra. En Isaías 6:8 vemos la respuesta de un corazón rendido: “Heme aquí, envíame a mí.” Esta disposición es clave para ser instrumentos en las manos del Señor. No se trata de nuestras capacidades o fortalezas, sino de nuestra disponibilidad para obedecer su llamado.

Cuando Dios nos llama, muchas veces sentimos miedo o creemos que no somos lo suficientemente buenos para servirle. Sin embargo, Él no busca personas perfectas, sino corazones dispuestos. A lo largo de la Biblia, Dios usó a hombres y mujeres comunes para llevar a cabo su obra: Moisés tenía miedo de hablar, Gedeón se sentía insignificante y Pedro era impulsivo, pero todos ellos fueron transformados por el poder de Dios.

Ser un instrumento en sus manos significa rendir nuestra voluntad y permitir que Él nos guíe. Puede que nos llame a compartir su palabra, a servir en la iglesia o a ser luz en nuestro entorno. Lo importante es decirle “sí” sin reservas y confiar en que Él nos capacitará.

Examina tu corazón y pregúntate: ¿Estoy dispuesto a que Dios me use? No importa tu situación actual, si entregas tu vida a su servicio, Él hará cosas extraordinarias a través de ti. Señor Jesús, aquí estoy, dispuesto a ser un instrumento en tus manos. Usa mi vida para cumplir tu propósito. Quita todo temor e inseguridad y ayúdame a obedecer tu llamado con fe y valentía, Amén.

Usamos cookies para una mejor experiencia de usuario.