Lucas 21:19 “Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas”.
Por: Nelly Jácome de Pérez
El Señor Jesucristo nos enseña con que paciencia soportó los vasos de ira preparados para destrucción, como dice Romanos 9:22 “¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, portó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción”. Cargando nuestros pecados, sufrió el oprobio de los hombres, vituperio y escarnio, golpes y humillaciones para enseñarnos como su ejemplo, que “con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.
Dios nos llama a tener paciencia en medio de las tribulaciones y a confiar en Él. Por qué la paciencia es importante? Porque nos ayuda a perseverar en la fe, aún en medio de las pruebas y dificultades. Nos ayuda a seguir creyéndole a Dios, incluso cuando las cosas parecen ir mal.
La falta de paciencia, nos lleva a la desesperación, la impaciencia y la incredulidad, tales actitudes nos alejan de Dios y nos hacen vulnerables a las tentaciones y el pecado. Sin paciencia somos imperfectos, con paciencia estamos más cerca de nuestra salvación…”Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:4).
La gran promesa para los pacientes, hijos del Eterno, está dada en la Palabra de Dios: ”Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.” (Apocalipsis 3:10).
Como podemos ver, para el hombre no es fácil tener paciencia si no tiene a Cristo en su corazón, por eso debemos constantemente leer la Palabra de Dios ya que en ella encontramos aliento para poder soportar lo que nos queda por delante hasta la venida de Jesucristo, como dice Santiago 5:8: “Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca”, Amén.