1 Juan 2:18 “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo”.
Por: Pst. David Agustín Pérez Vera
Juan se dirige cariñosamente advirtiendo que: estamos al final de los tiempos, según ustedes escucharon con atención que el enemigo de Cristo viene, ahora ya han surgido muchos enemigos de Cristo, los que se oponen al mensaje de Jesucristo, por eso sabemos que estamos en los últimos tiempos. Anticristos es un sustantivo, que comúnmente es traducido como “anticristo”, palabra compuesta de dos raíces: “anti” que significa opuesto, que está en contra de, a menudo usada en composición para denotar contraste, sustitución, etc., y “Cristos” significa ungido, Mesías, Cristo, Jesucristo. Por lo tanto, anti cristos se traduce como enemigos de Cristo, los que están en contra de Jesucristo, los oponentes de Cristo.
Actualmente muchas personas relacionan el anticristo como un personaje apocalíptico y lo interpretan como un representante de un nuevo orden mundial, asocian también con la bestia y su marca mencionada en el libro de Apocalipsis 13. No obstante, es un término exclusivo de las cartas de primera y segunda de Juan, no es una palabra que se encuentre en apocalipsis y en esta carta tiene el significado claro de oposición a Jesucristo, como sigue explicando el autor. Este término aparece cinco veces en todo el Nuevo Testamento, cuatro veces en 1 Juan y 1 vez en 2 Juan. Siendo importante en este contexto conocer que, la primera y segunda epístola de Juan, así como en el Evangelio de Juan, se registra a partir de la primera y segunda persecución cristiana, por eso este término puede tener dos significados en el marco del diccionario bíblico de Nestle Aland: 1. Los que se apartaron de Cristo o con palabras y actitudes lo niegan; 2. Enemigo externo al cristianismo, en este caso hace referencia al imperio romano que persiguió a los cristianos.
Amados hermanos y amigos, que importante es revisar día a día nuestro proceder, pensar y hablar, en razón de nuestra nueva naturaleza, como hijos de Dios, y que jamás, nuestro accionar esté enmarcado en todo aquello que se opone a su Santo nombre. Recordemos Jesús nos dejó el mejor ejemplo a seguir, vivió en consagración absoluta al Padre, jamás en sentido opuesto.
Hoy demos gracias a nuestro Padre Celestial por un nuevo día, por guardarnos en su santo amor y mantenernos firmes en nuestra fe en Cristo Jesús, Shalom.